OpenAI, inicialmente fundada como una organización altruista en 2015 con el objetivo de avanzar en la inteligencia artificial (IA) para beneficiar a la humanidad, se encuentra en un punto de inflexión crucial. Bajo la dirección de Sam Altman, la empresa ha reconocido la necesidad de transformarse más allá de ser solo un laboratorio de investigación y una startup para lograr su ambición de desarrollar la inteligencia artificial general (AGI), que promete revolucionar nuestro mundo por completo. Este salto adelante requiere una inversión significativa, lo que ha llevado a OpenAI a considerar una reconfiguración hacia una estructura de empresa más tradicional para atraer a nuevos inversores.
La estrategia propuesta implica la creación de una Corporación de Beneficio Público (PBC), que enfocará sus operaciones y negocios en el bien social, mientras se mantiene vinculada a una organización sin fines de lucro. Esta última perderá su rol de supervisión pero seguirá operando de manera independiente, enfocándose en iniciativas benéficas en ámbitos como la salud, la educación y la ciencia. Estos cambios buscan dotar a la organización sin fines de lucro de OpenAI de considerables recursos, convirtiéndola en una de las más beneficiadas en la historia.
Desde su creación, OpenAI ha cambiado gradualmente hacia modelos de negocio que incluyen productos como ChatGPT y Sora, marcando una evolución desde su concepto original. La creación de una subsidiaria con fines de lucro, OpenAI Global LLC en 2019, fue un paso clave para reunir capital mediante inversiones sustanciales, incluidas asociaciones significativas como la de Microsoft, que representó alrededor de 13.000 millones de dólares.
Hoy, la necesidad de recaudar aún más capital ha llevado a OpenAI a plantear este plan de reestructuración, el cual requiere, sin embargo, la aprobación del renovado consejo de administración. Mientras tanto, Elon Musk, uno de los cofundadores, ha intentado impedir que OpenAI se convierta en una PBC a través de acciones legales. Este momento representa un punto de transformación para OpenAI, proyectándola hacia un futuro donde sus originales objetivos altruistas podrían alcanzarse en una escala mucho mayor, aunque bajo un modelo operativo significativamente distinto.
