China está enfrentando desafíos significativos debido a restricciones comerciales impuestas por países como Estados Unidos y los Países Bajos, afectando la venta de tecnología avanzada y equipos de importantes empresas como ASML y Nvidia. Sin embargo, el gigante asiático se está adaptando y avanzando en la tecnología de inteligencia artificial y la producción de robots humanoides comerciales. Huawei, por ejemplo, está liderando el desarrollo de chips para IA, desafiando el dominio de Nvidia en el mercado chino.
La meta del país es clara: lograr una producción en masa de robots humanoides para 2025 y convertirlos en un nuevo motor de crecimiento económico para 2027. Estos robots, según el Ministerio de Industria e Información Tecnológica, serán tan disruptivos como los smartphones, los coches eléctricos y los ordenadores.
Varias empresas chinas, como Fourier Intelligence con su robot enfermero y Zhiyuan Robotics con sus modelos diseñados para labores industriales y domésticas, están invirtiendo en el sector. Destacan los modelos A2 y A2 Max por su semejanza humana, dotados de inteligencia artificial y capacidad para realizar tareas con precisión.
Hasta el momento, se ha superado la expectativa inicial de producción, con casi 1.000 robots creados, indicando un crecimiento rápido y efectivo en este campo. No obstante, la competencia no es solo interna. El Optimus de Tesla, a pesar de generar dudas sobre su autonomía, es uno de los pioneros en el mercado internacional de robots de propósito general.
China también enfrenta competidores externos, como la empresa norteamericana Apptronik, que trabaja en su propio robot humanoide. La carrera por liderar el mercado de la robótica avanzada y los robots de propósito general está en marcha, prometiendo un futuro donde la integración de estas tecnologías en la vida cotidiana podría ser tan común como los smartphones hoy en día.
