Un entusiasta de los teclados describe su preferencia por los de perfil bajo, típicos en portátiles, sobre los mecánicos tradicionales debido a su silencio y menor recorrido. A pesar de haber experimentado con teclados mecánicos anteriormente, nunca se sintió completamente cómodo con ellos hasta que decidió buscar uno que se ajustara a su gusto: de perfil bajo y con interruptores silenciosos. Entre sus opciones, destacaron el NuPhy Air 96 y el Keychron K5 Max, decantándose finalmente por este último por ofrecer un layout más familiar para usuarios europeos.
El Keychron K5 Max, pese a ser de perfil bajo, presentó una altura y un recorrido de teclas mayores a los que estaba acostumbrado, pero su tacto y sonido resultaron ser atractivos y casi adictivos. Este teclado mecánico sobresalió por su capacidad para conectarse a tres dispositivos distintos y ofrecer una experiencia de escritura cómoda y personalizable. Su función de retroiluminación con numerosos efectos, sumado a la posibilidad de configurarse sin software adicional mediante un servicio web, redondearon una experiencia de uso positiva.
El autor concluye que, a pesar de su tradicional preferencia por los teclados de membrana, los teclados mecánicos como el Keychron K5 Max poseen un encanto especial, reafirmado por el creciente interés en alternativas como los teclados con efecto Hall. Finalmente, recomienda el Keychron K5 Max como un excelente compañero de trabajo que ha transformado su rutina diaria de escritura, destacando la importancia de elegir un teclado que se adapte no solo a las necesidades laborales sino también a las preferencias personales de cada usuario.
