WinRAR, conocido por su política de «probar antes de comprar», permite a los usuarios disfrutar de una prueba gratuita de 40 días. Esta estrategia les ha funcionado tan bien para la descompresión ocasional de archivos, que muy pocos usuarios particulares terminan adquiriendo una licencia, valorada en 29,95 euros. La compañía, consciente de esto, ha explorado nuevas formas de ingresos, como su incursión en el mundo del merchandising. A través de publicaciones en la plataforma X, WinRAR ha animado a sus usuarios a adquirir productos como bolsas y cazadoras que llevan su marca, con un enfoque curioso que subraya el hecho de que muchos nunca han pagado por el software.
Dentro de su catálogo de productos, destaca el WinRAR Archive Messenger, un bolso diseñado con cuero 100% vegano que imita la apariencia de tres archivos comprimidos, a un precio de 115 euros sin incluir los gastos de envío. Además, se oferta una cazadora adornada con parches iconográficos del software, confeccionada en lana y forro de satén, a 224,90 euros. Para la producción de estos artículos, WinRAR se ha asociado con la compañía tern, fabricante con sede en China.
Esta diversificación en los productos busca generar ingresos adicionales, aunque el núcleo del negocio de WinRAR sigue siendo la venta de licencias a clientes corporativos y gubernamentales, quienes representan la mayor parte de sus ingresos. La historia de WinRAR se remonta a Rusia, en los años 90, bajo la creación de Eugene Roshal, mientras que hoy es gestionada por Win.rar GmbH, desde Bremen, Alemania. Este giro hacia el merchandising refleja un enfoque innovador para mantener la relevancia y el flujo de ingresos de la compañía en la era digital.
