En Madrid y otras regiones españolas, el uso de cámaras con inteligencia artificial (IA) se encuentra en notoria expansión. El ayuntamiento de Madrid ha estado ampliando su sistema de videovigilancia, especialmente en áreas concurridas, mientras que Renfe desarrolla un sistema de seguridad inteligente para sus estaciones. Este esfuerzo abarca más de 400 estaciones de Cercanías, donde se han instalado sistemas de videovigilancia inteligente compuestos por cámaras IP, grabadores CCTV y algoritmos de IA, destinados a crear «espacios de alta seguridad predictiva».
La novedad de este sistema radica en su capacidad para analizar imágenes en tiempo real y generar alertas automáticas, aliviando así la carga sobre los operadores humanos. Capaz de identificar aforos máximos, aglomeraciones, intentos de acceso irregulares, caídas, incendios y actos vandálicos, este sistema promete una respuesta más eficiente frente a incidencias, enviando alertas directamente al Centro de Seguridad 24 horas de Renfe.
La modernización del sistema de seguridad, denominado proyecto RS3 (Renfe Smart Security Station), ha requerido una inversión considerable, con más de 32 millones de euros destinados a la actualización tecnológica de 597 estaciones. La financiación del proyecto proviene de los fondos NextGeneration de la UE.
La gestión de datos recopilados mediante este sistema plantea preguntas sobre la privacidad. Renfe asegura que cumple con la regulación existente: las imágenes se capturan de manera anónima y sin audio, sin procesar datos biométricos y siendo eliminados tras milisegundos, a excepción de las imágenes del sistema videovigilante estándar, que se conservan hasta un mes. La compañía también facilita un proceso para que los usuarios ejerzan sus derechos de protección de datos.
