Javier Milei enfrenta un complicado escenario político tras ser acusado por segunda vez de estafa con criptomonedas, situación agravada por el respaldo del presidente de Argentina a $LIBRA, una criptomoneda controvertida. Milei decidió distanciarse de la polémica viajando a EE. UU. para entregarle personalmente a Elon Musk una motosierra, símbolo de recortes en su legislatura.
El encuentro entre Milei y Musk tuvo lugar en un contexto inusual, donde Musk, adornado con gafas de sol, cadenas de oro, y una gorra negra de MAGA, subió al escenario de la Conferencia de Acción Política Conservadora. Durante su aparición, Musk, visiblemente afectado y dificultad para hablar, se convirtió en el centro de la atención, despertando sospechas sobre su estado. Comentarios y memes no tardaron en aparecer en redes sociales, poniendo en tendencia el uso de ketamina, sustancia de la cual Musk había admitido consumo bajo prescripción médica.
A pesar de los desafíos personales de Musk y las controversias que rodean a Milei, el gesto de entregar una motosierra como crítica a la burocracia se mostró como una maniobra política audaz. Sin embargo, la actitud errática de Musk durante la entrevista y su reconocido consumo de ketamina, sumado a su interés en microdosis de alucinógenos, desvió la atención del acto político a las condiciones personales del magnate.
Este encuentro revela la complejidad y los riesgos de mezclar política con figuras controversiales de la tecnología y las finanzas. Mientras Milei busca fortalecer su posición enfrentando acusaciones serias, Musk navega su propio conjunto de desafíos, entre ellos, investigaciones sobre su conducta y el manejo de sus empresas. Ambas figuras, a su manera, destacan la influencia de personalidades disruptivas en la escena política y empresarial actual.
