Ante la falta de tripulación, Corea del Sur está desarrollando barcos con IA. Y EEUU ya les ha echado el ojo

La inteligencia artificial (IA) se ha vuelto una parte esencial y a la moda en el desarrollo de productos y tecnologías actuales, y su aplicación promete transformar numerosos sectores, incluido el de la movilidad y el transporte autónomo. Un área destacada en este avance es el desarrollo de vehículos autónomos, particularmente en países como Corea del Sur, donde la escasez de mano de obra impulsa la innovación en tecnologías que permitan operaciones más autónomas, como los barcos robot equipados con IA.

Samsung, un gigante tecnológico conocido por sus smartphones de alta gama, también participa de manera significativa en la industria marítima a través de Samsung Heavy Industries (SHI), una de las mayores constructoras de barcos especializados del mundo. SHI está incursionando en barcos autónomos con sistemas de navegación avanzados, impulsados por la inteligencia artificial. En noviembre del año anterior, SHI probó con éxito un catamarán autónomo de 12 metros de eslora capaz de seguir una ruta predefinida y mostrar detalles críticos en tiempo real, controlado en parte por voz.

Además, cambios recientes en la legislación surcoreana han facilitado la experimentación y desarrollo de estas tecnologías, lo que refleja un compromiso gubernamental con el avance de la IA aplicada al sector náutico. Paralelamente, empresas como Hyundai también exploran esta dirección, como lo demuestra su proyecto de taxi acuático autónomo en Busán.

Las compañías surcoreanas no solo enfrentan el desafío tecnológico sino también el interés en posibles aplicaciones militares, como lo demuestra la atención de Estados Unidos hacia los desarrollos de Samsung. Estos avances no solo reafirman la competencia tecnológica de Corea del Sur en el ámbito naval sino que también sugieren un reajuste en las dinámicas geopolíticas, especialmente considerando la importancia estratégica del mar de China Meridional.

Estos desarrollos prometen no solo revolucionar el transporte marítimo reduciendo los riesgos y aumentando la eficiencia sino también cambiar las reglas del juego en el terreno de la seguridad y la defensa marítima, sujetos a la rápida evolución de la inteligencia artificial.