Hay un montón de apps del tiempo. Saber cuál es la que más acierta sigue siendo casi imposible

Las aplicaciones meteorológicas han transformado la manera en que nos preparamos para enfrentar el día, pero su precisión es un tema debatido con frecuencia, especialmente bajo circunstancias climáticas extremas. España, durante marzo, vivió uno de sus meses más lluviosos, poniendo a prueba la fiabilidad de estas aplicaciones. A pesar de que las apps indicaban un bajo porcentaje de probabilidad de lluvia, la realidad probó ser otra, con aguaceros inesperados afectando a varios. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y otras aplicaciones dependen de diferentes modelos meteorológicos, que pueden ser globales o regionales, para realizar sus predicciones. Estos modelos se nutren de una complejidad intrínseca, influenciados por factores variados como temperatura, presión y humedad.

Las aplicaciones como la de Apple y Xiaomi ofrecen pronósticos utilizando datos de The Weather Channel y AccuWeather, respectivamente. Estas diferencias en las fuentes de información pueden llevar a recibir pronósticos variados en distintas aplicaciones. Además, la interpretación de los porcentajes de probabilidad de lluvia por parte de los usuarios a menudo es errónea. Un “100% de lluvia” no garantiza lluvias constantes durante todo el día en todas partes, sino que indica que, bajo condiciones similares históricamente, siempre ha llovido.

La predicción del tiempo es una ciencia complicada, sujeta a la dinámica cambiante de la atmósfera terrestre. A corto plazo, las lecturas de radar en tiempo real, como las ofrecidas por la aplicación Rain Alarm, prometen una mayor precisión, especialmente para predicciones inmediatas. A pesar de la evolución tecnológica y el uso de inteligencia artificial y modelos avanzados, prever el clima con exactitud absoluta sigue siendo un desafío.