EEUU sospecha que los chips de NVIDIA están llegando a China a través de Malasia: ha decidido tomar cartas en el asunto

Estados Unidos y China están inmersos en una creciente guerra comercial, con ambos países imponiendo restricciones para proteger sus sectores estratégicos. Mientras EE. UU. se enfoca en impedir la exportación de sus chips más avanzados, China responde con limitaciones a minerales cruciales. Sin embargo, parece que estas restricciones no se están ejecutando estrictamente. Se ha revelado que el Ejército Popular de Liberación de China ha adquirido GPU avanzadas de NVIDIA, infringiendo las prohibiciones estadounidenses. Tanto fuerzas armadas como instituciones académicas y de investigación en China han logrado acceder a estos productos, probablemente a través de países intermedios.

Singapur y ahora Malasia han sido identificados como posibles puntos de tránsito para estos chips en su camino hacia China, despertando la preocupación de EE. UU. En respuesta, Washington ha aplicado presión sobre Malasia para que vigile de cerca el destino final de los chips de NVIDIA, temiendo que terminen en manos chinas y potencialmente fortalezcan las capacidades militares del país. Malasia, un nodo clave en la infraestructura global de centros de datos y colaborador de empresas tecnológicas importantes, enfrenta el desafío de rastrear estos envíos complejos mientras busca mantener su posición estratégica en el sector.

La lucha por limitar el acceso de China a tecnologías de punta refleja el temor de EE. UU. a que estas tecnologías civiles puedan tener aplicaciones militares. La situación pone de manifiesto la tensión en las relaciones comerciales y tecnológicas entre EE. UU. y China, y subraya la importancia de los chips y la inteligencia artificial como campos de batalla en esta nueva fase de competencia global.