Las tensiones tecnológicas entre Estados Unidos y China están marcadas por la competencia en el desarrollo y comercialización de GPUs para inteligencia artificial (IA), con EE.UU. intentando limitar el acceso de China a chips de vanguardia de empresas como NVIDIA, AMD, Intel o Cerebras, y China invirtiendo en el desarrollo de sus propias GPUs a través de empresas como Huawei o Biren Technology. Este escenario se complejiza con la importancia crítica de las memorias de alto ancho de banda (HBM) para el rendimiento de las GPUs de IA, un sector dominado por fabricantes surcoreanos y estadounidenses como SK Hynix, Samsung y Micron Technology, frente a los cuales China busca ser competitiva sin aún alcanzar una paridad tecnológica.
La relevancia de la industria de los semiconductores, incluidas las memorias HBM y DRAM, trasciende el ámbito geográfico y se convierte en una pieza clave de la estrategia económica y tecnológica, no solo para China y EE.UU. sino también para Corea del Sur. SK Hynix lidera el mercado de memorias HBM con una cuota que roza el 70%, mientras que China, a través de empresas como CXMT y YMTC, intenta expandir su presencia en el mercado global de chips de memoria empleando estrategias como precios agresivos y significativas inversiones en capacidad de producción.
Corea del Sur enfrenta un desafío directo en la medida que empresas chinas escalan posiciones en el mercado de chips de memoria, lo cual podría tener consecuencias importantes para su economía, dada la centralidad de la industria semiconductor en la misma. En respuesta, los gigantes surcoreanos no solo defienden su cuota de mercado mediante la competencia en precios, sino que también se enfocan en liderar a través de la innovación, desarrollando y adoptando las tecnologías de memorias más avanzadas como las HBM4 y CXL, buscando mantener una ventaja competitiva en términos de rendimiento y eficiencia para las aplicaciones de IA más demandantes.
