así llega el antimonio a EEUU burlando el veto de China

El antimonio, aunque menos mediático que el litio o el cobalto, juega un papel fundamental en sectores como las baterías, semiconductores, equipos militares y retardantes de llama, siendo su abastecimiento crucial para numerosas industrias. Actualmente, la disponibilidad de este mineral está en el meollo de una disputa geopolítica entre China y Estados Unidos, exacerbada desde que Pekín restringiera su exportación a Washington en diciembre de 2024. Esta medida provocó preocupaciones significativas debido a la dependencia estadounidense del antimonio, esencial para tecnologías estratégicas.

Contrario a la expectativa de un desabastecimiento, EE.UU. ha continuado recibiendo antimonio, pero redirigido a través de países terceros como Tailandia y México, indicando un complejo juego de evasión a las sanciones chinas. Los precios del antimonio se dispararon, y la industria se vio forzada a buscar fuentes alternativas. Aunque no hay evidencia directa del origen chino del antimonio importado por Estados Unidos durante este período, los patrones de comercio sugieren un ingenioso sistema de transbordo para eludir las restricciones.

Esta táctica no sólo se ha observado en EE.UU.; Europa también enfrenta desafíos similares con el antimonio y otros minerales estratégicos, lo que ha llevado a buscar la diversificación de fuentes y el respaldo a proyectos mineros dentro del continente. En respuesta a los impedimentos de abastecimiento, tanto EE.UU. como la Unión Europea están incentivando la apertura y desarrollo de minas locales, aunque con plazos que alcanzan varios años para su completa operacionalidad.

China, por su parte, ha intensificado la vigilancia sobre el transbordo y contrabando de antimonio, estableciendo severas penalizaciones para las empresas que violen las normativas de exportación.

Este caso subraya la complejidad de controlar el flujo de minerales críticos en un mercado globalizado. La situación del antimonio ilustra la importancia de la diversificación de fuentes y la reducción de la dependencia de un solo proveedor, especialmente en el contexto de tensiones geopolíticas que pueden restringir el acceso a recursos estratégicos esenciales para la tecnología y defensa nacional.