Los cables submarinos son infraestructuras críticas que transportan casi el 99% del tráfico de internet global, conectando continentes y países bajo las profundidades oceánicas. Su importancia en la era digital es incuestionable, habiendo sido parte de tensiones geopolíticas y objetivos de sabotaje que revelan su papel en la seguridad nacional de los estados. En la vanguardia de la tecnología para desplegar y mantener esta red subacuática está el Monna Lisa, un buque cablero cuya construcción comenzó en Rumanía en 2022 por un encargo de la compañía Prysmian a un costo de 250 millones de euros, siendo uno de los buques cableros más grandes y avanzados del mundo, junto con su buque hermano, el Leonardo Da Vinci.
El Monna Lisa destaca por su capacidad de tender y enterrar cables a profundidades de hasta 3.000 metros, empleando tecnologías innovadoras como el sistema Hydroplow, que permite una colocación precisa de los cables en el lecho marino, además de enterrarlos para su protección, mitigando así los riesgos de daños. Su avanzado sistema DP3 de posicionamiento dinámico asegura una precisión centimétrica en el tendido de cables, crucial para la efectividad y fiabilidad de estas operaciones.
Con 171 metros de eslora y 34 metros de manga, el Monna Lisa tiene la capacidad de llevar dos bobinas de cable, una de 7.000 y otra de 10.000 toneladas, pudiendo albergar a 120 personas y operar independientemente en el mar durante 90 días, con una velocidad máxima de 16 nudos. Este buque representa un paso adelante en la capacidad de respuesta y mantenimiento de la infraestructura vital bajo el agua que sostiene la conectividad global en el siglo XXI.
Actualmente, el Monna Lisa ya está activo, habiendo sido cargado por primera vez a principios de año y estando en operaciones en la costa este de Estados Unidos. Este buque, junto con el resto de la flota de Prysmian, ejemplifica el avance y la inversión continua en la infraestructura necesaria para soportar el creciente tráfico de datos y la expansión de internet a nivel mundial, asegurando la resiliencia y seguridad de las comunicaciones globales.
