GPT-5 está siendo un camino tortuoso para OpenAI y apunta a una realidad incómoda: la era de la IA volándonos la cabeza se acabó

OpenAI se aproxima al lanzamiento de ChatGPT-5, una actualización muy esperada que promete avanzar sobre sus predecesores, aunque las expectativas apuntan a mejoras incrementales en lugar de revolucionarias. Esta contención en el avance tecnológico refleja un fenómeno observado en otras industrias, como la de los smartphones, evidenciando una posible desaceleración en el ritmo de innovación en el campo de la inteligencia artificial (IA).

Según informes, el salto cualitativo de GPT-5 respecto a las versiones anteriores no será tan marcado como lo fueron las transiciones previas. El modelo internamente denominado Orion, inicialmente contemplado como GPT-5, no cumplió las expectativas de progreso significativo y fue lanzado como GPT-4.5. Esto ha llevado a especulaciones sobre las limitaciones en el avance continuo y significativo de la IA generativa.

Las mejoras específicas de GPT-5 incluyen una eficiencia incrementada en programación y la capacidad de generar código de mayor calidad sin aumentar el consumo de recursos computacionales. Este enfoque se dirige a competir con avances similares de otros actores en el campo, como Anthropic con su modelo Claude Code. Además, GPT-5 promete mejorar en habilidades agénticas, pudiendo seguir instrucciones complejas y tomar decisiones con menor supervisión humana.

Sin embargo, los retos permanecen. OpenAI enfrenta obstáculos como tensiones con Microsoft por temas de propiedad intelectual y fricciones internas, escasez de datos de entrenamiento de alta calidad, y la fuga de talentos hacia competidores como Meta y Google. Estos desafíos complican el desarrollo y lanzamiento de nuevas versiones.

Otro aspecto destacado es el esfuerzo de OpenAI por integrar razonamiento especializado en ChatGPT, a través de modelos como o3, que buscan llevar el razonamiento avanzado a conversaciones más naturales. Aunque estos modelos prometen avances, también enfrentan el reto de equilibrar la potencia de procesamiento con la usabilidad en conversaciones cotidianas.

La perpectiva de Bill Gates apunta a una moderación en las expectativas, sugiriendo que la era de sorpresas disruptivas en la IA generativa podría estar acercándose a un plateau. Mientras OpenAI sigue impulsando el desarrollo de estas tecnologías, la realidad sugiere un avance más lento y continuista en el futuro cercano.