La inteligencia artificial forma parte de nuestra vida cotidiana, y herramientas como ChatGPT y Copilot de Microsoft son claros ejemplos de ello. Sin embargo, esta tecnología depende de infraestructuras físicas que consumen grandes cantidades de energía. En este contexto, el 7 de mayo de 2024, Microsoft anunció la apertura de su región de centros de datos «México Central» en Querétaro, un proyecto que resalta la importancia de la proximidad de estas infraestructuras a los usuarios para reducir latencia, mejorar el servicio y cumplir con regulaciones de residencia de datos. Pese a su relevancia, el proyecto enfrenta desafíos significativos relacionados con la energía, siendo uno de los centros en Colón incapaz de conectarse a la red eléctrica hasta mediados de 2027, lo que obliga a la utilización temporal de generadores de gas.
Microsoft tiene por objetivo brindar acceso local a sus servicios incluyendo Azure y Microsoft 365, posicionándose como una infraestructura de vanguardia que busca acelerar la innovación en México. No obstante, el talón de Aquiles del proyecto es la energía. A pesar de la aprobación de generadores temporales que cubren parte de la demanda del centro de Colón, la disyuntiva energética resalta las tensiones entre la expansión tecnológica y las limitaciones de infraestructura eléctrica.
México, con Querétaro como epicentro, se ha convertido en un importante polo de atracción de centros de datos, enfrentando un futuro desafío en su capacidad eléctrica ante la creciente demanda. Aunado a esto, Microsoft se compromete a ser carbono negativo para 2030, aunque la operación con generadores de gas plantea interrogantes sobre cómo se equilibrará este compromiso con las necesidades energéticas inmediatas.
El lanzamiento de la región México Central es un ejemplo del potencial de inversión y transformación digital que representa para el país, pero también subraya la cruda realidad de las necesidades energéticas y de infraestructura que deben ser atendidas para sostener esta y futuras expansiones tecnológicas. La interacción entre tecnología avanzada y la infraestructura física es fundamental y desafía constantemente los límites de lo posible en el despliegue de servicios digitales de avanzada.
