sus nuevas normas sobre tierras raras apuntan a Estados Unidos

China ha intensificado su control sobre los recursos de tierras raras y las tecnologías asociadas, estableciendo un régimen de control que afecta tanto a la producción nacional como a los productos fabricados fuera del país con materiales de origen chino. Se ha implementado un nuevo sistema por el cual se requiere licencia para exportar productos que contengan al menos un 0,1% de materiales chinos, una estrategia que refleja la ambición de Pekín de utilizar su dominio en tierras raras como herramienta económica y política. Adicionalmente, en abril, China ya había limitado la exportación de metales esenciales para la fabricación de semiconductores como el galio y el germanio, y luego expandió estas restricciones a otros minerales vitales como el escandio y el disprosio. Este enfoque se basa en una sólida base educativa, con 39 programas universitarios especializados en tierras raras, fortaleciendo la posición de liderazgo de China en este ámbito.

Las recientes medidas del Ministerio de Comercio de China introducen controles extraterritoriales sobre los minerales estratégicos, permitiendo a Pekín influir en cómo otros países utilizan los materiales y tecnologías de origen chino en su producción. La exportación de productos con aplicaciones militares está prácticamente prohibida, mientras que las exportaciones en áreas sensibles como semiconductores e inteligencia artificial serán revisadas individualmente. Además, una segunda normativa prohíbe la transferencia no autorizada de tecnologías chinas esenciales para la extracción y procesamiento de tierras raras, así como para la fabricación de imanes.

La implementación de estas normas es escalonada, ampliando el control de China sobre varios elementos esenciales para industrias tecnológicamente avanzadas, demostrando la influencia que el gigante asiático ejerce sobre la cadena de suministro global. A medida que estas políticas entran en vigor, se impone un estricto procedimiento de licencias y una necesidad de mayor coordinación entre empresas y autoridades chinas, poniendo en evidencia la complejidad de cumplir con el nuevo régimen.

China, al adoptar estas medidas, no solo refuerza su posición negociadora a nivel internacional, sino que también consolida su dominio sobre los minerales estratégicos y el conocimiento técnico asociado, convirtiéndolos en una herramienta de poder económico y diplomático crucial. Esto representa un desafío significativo para Estados Unidos y sus aliados, quienes se ven presionados a buscar alternativas para reducir su dependencia de los recursos controlados por China.