Sam Altman, CEO de OpenAI, ha declarado un estado de «código rojo» para acelerar las mejoras en ChatGPT frente a la creciente competencia, especialmente de Google. OpenAI está aplazando proyectos importantes, como la inclusión de publicidad en la versión gratuita de ChatGPT y el desarrollo de agentes de IA especificados, para concentrarse en la mejora de la herramienta en personalización, velocidad, fiabilidad y en su capacidad para gestionar una gama más amplia de consultas. Esto se debe a que Google, con su modelo Gemini 3 recientemente lanzado, ha superado en rendimiento a OpenAI según benchmarks del sector, incrementando su base de usuarios activos de manera significativa en corto tiempo, lo que ha puesto a OpenAI en alerta.
La situación de OpenAI es delicada debido a su actual no rentabilidad, necesitando constantes rondas de financiación para competir, especialmente frente a gigantes como Google, que pueden sustentar sus inversiones con ingresos propios. Además, OpenAI ha gastado de manera más agresiva que sus competidores en desarrollo y capacidad de procesamiento.
La compañía enfrenta el desafío de equilibrar la seguridad de su chatbot con su atractivo para los usuarios, algo destacado recientemente con la actualización del modelo GPT-5 a GPT-5.1, buscando hacerlo más amigable y efectivo en la comprensión de instrucciones. OpenAI ha implementado llamadas diarias y transferencias temporales de equipo para enfocarse en mejorar ChatGPT, usando un sistema de códigos de colores para priorizar la urgencia de los proyectos.
Este «código rojo» representa un giro frente a años previos cuando era Google quien se veía desafiado por la innovación de OpenAI. Ahora, Altman promete lanzar un nuevo modelo de razonamiento que esperan supere al Gemini 3 de Google, aunque reconoce que aún queda mucho trabajo por hacer en la experiencia de usuario diaria con ChatGPT.
