La plata es ahora mismo el metal más buscado y más caro del planeta. Y el problema es que no hay suficiente

La reciente escalada en el precio de la plata, superando los 60 dólares por onza, marca un punto de inflexión en el mercado, especialmente impactando al sector tecnológico. Este metal, esencial en la fabricación de paneles solares, vehículos eléctricos, electrónica y data centers de inteligencia artificial, ha visto dispararse su demanda debido a la transición energética global. La industria minera no ha logrado responder de forma suficiente a esta creciente demanda, llevando a un déficit de suministro durante cinco años consecutivos.

La subida del precio de la plata es vista como un reflejo del cambio estructural del mercado; más allá de ser un activo refugio como el oro, la plata se ha convertido en un insumo industrial crítico. Sin embargo, la situación se ve agravada por un mercado estrecho y volátil, sin reservas estratégicas globales que actúen como red de seguridad. A esto se suma una «tormenta perfecta» de factores que incluyen limitaciones en la producción minera, debido principalmente a dificultades para incrementar la oferta y restricciones ambientales en los principales países productores (México, Perú y China).

Las dinámicas geopolíticas también juegan un papel crucial, con China imponiendo controles más estrictos sobre las exportaciones de plata para proteger sus recursos estratégicos, lo cual podría intensificar la escasez global. Adicionalmente, Estados Unidos ha acumulado reservas ante el riesgo de aranceles, y países como India y Rusia están aumentando su demanda y participación en el mercado, respectivamente.

Este escenario sugiere que estamos ante una reconfiguración global de los metales, no solo limitada a la plata, sino también incluyendo otros metales como el oro, platino y paladio. La expectativa es de una continua tensión estructural en el mercado de la plata, con posibles nuevas subidas de precios, aunque no exentas de potenciales correcciones técnicas.

La creciente demanda impulsada por la electrificación y los desafíos en la oferta sugieren que la plata es y será un cuello de botella crítico en la transición energética. El futuro energético y tecnológico del mundo, enfocado en un mayor uso de energías renovables y avances en IA, depende en gran medida de la disponibilidad de este insumo esencial, cuya escasez real podría limitar significativamente estos desarrollos.