Cuando FTX colapsó en noviembre de 2022, la posibilidad de que sus clientes recuperasen su dinero parecía lejana. La quiebra del intercambio de criptomonedas se debió a maniobras riesgosas de su fundador, Sam Bankman-Fried, quien luego fue condenado a 25 años de prisión. Sin embargo, un año y medio después, surge una esperanza para aquellos afectados, ya que FTX ha presentado un plan de reorganización amparado por el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, prometiendo saldar sus deudas con intereses.
Este plan de reorganización es notable porque usualmente el pago a los acreedores de una compañía en bancarrota puede tardar hasta cinco años en iniciar. FTX pretende priorizar los pagos a sus clientes, aunque estos deberán esperar un tiempo indefinido para ver materializado el reembolso. Una particularidad del plan es que la compensación se calculará con base en el valor de las tenencias al momento de la quiebra, sin beneficiarse de posibles apreciaciones del mercado. No obstante, se establece una tasa de interés del 9% desde la acogida al Capítulo 11 hasta el efectivo pago.
Para financiar este plan de reorganización, la nueva dirección de FTX, liderada por John J. Ray, ha recurrido a diversas estrategias, incluidas inversiones de riesgo iniciadas por Bankman-Fried. Entre las acciones llevadas a cabo para recuperar fondos se encuentra la venta de tokens de Solana, el logro de un acuerdo de recuperación de 400 millones de dólares con el fondo de cobertura Modulo Capital, y la venta de acciones de empresas como Robinhood y Anthropic. Estos esfuerzos buscan reparar en alguna medida el impacto del colapso de FTX sobre sus clientes, en medio de un contexto donde el mercado de las criptomonedas sigue mostrando signos de volatilidad.