Intel y Qualcomm ya no podrán venderle ninguna clase de chip

Huawei, reconocida empresa tecnológica china, fue incluida en la lista negra de Estados Unidos, lo cual limitó sus transacciones con importantes empresas estadounidenses como NVIDIA, Intel, y AMD. A pesar de estas restricciones, Intel y Qualcomm tenían autorización para venderle a Huawei ciertos semiconductores destinados a su uso en ordenadores portátiles y dispositivos móviles. Esta relación comercial se mantuvo incluso después de que la administración de Donald Trump concediera en 2020 permisos especiales para dichas ventas, permisos que se esperaba permanecieran válidos hasta finales de 2024.

Sin embargo, la situación cambió drásticamente cuando legisladores estadounidenses, influenciados por el lanzamiento del Huawei MateBook X Pro equipado con un avanzado procesador Intel, presionaron para que se revocara la licencia de exportación otorgada a Intel y Qualcomm, efectivamente cortando el suministro de chips a Huawei. Este movimiento, liderado por el congresista republicano Michael Gallagher, refleja la creciente preocupación sobre permitir que Huawei acceda a tecnología estadounidense de vanguardia, especialmente en campos tan sensibles como la inteligencia artificial.

Como respuesta a este cambio de política, tanto Huawei como las compañías estadounidenses afectadas, Intel y Qualcomm, enfrentan nuevos desafíos. Por un lado, Huawei debe acelerar el desarrollo de sus propios semiconductores para reducir su dependencia de proveedores estadounidenses. Por otro lado, Intel ya anticipa un impacto negativo en sus ingresos debido a la pérdida de Huawei como cliente.

Este episodio también subraya las tensiones en curso entre Estados Unidos y China en el ámbito tecnológico, donde ambos buscan asegurar su soberanía y liderazgo. La decisión de restringir aún más las ventas a Huawei no solo afecta a las empresas individuales involucradas, sino que también refleja las complicadas dinámicas de poder y seguridad entre las dos potencias mundiales.