En 2014, Apple introdujo NFC en su iPhone 6, promoviendo grandes expectativas sobre la accesibilidad del chip para los desarrolladores. Sin embargo, inicialmente, el uso de NFC se limitó exclusivamente a Apple Pay, reflejando la filosofía de Apple de mantener un ecosistema cerrado en favor de la seguridad y facilidad de uso. Esta restricción, enfocada en potenciar su propio servicio de pagos, fue cuestionada por las autoridades europeas, sugiriendo que limitaba la competencia.
La situación comenzó a cambiar con la Ley de Mercados Digitales de la Unión Europea, que obligó a Apple a abrir su chip NFC a terceros. Curiosamente, esta apertura no se limitará a Europa, aunque se implementará de manera gradual a nivel mundial. La versión iOS 18.1 marcará un punto de infancia, permitiendo a desarrolladores de varios países, incluidos Australia, Brasil, Canadá, Japón, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos, integrar funciones NFC en sus aplicaciones. Esto abre la puerta a usos innovadores como llaves de coche y hoteles, identificaciones y credenciales de estudiantes a través del iPhone.
Apple también ha anunciado que permitirá seleccionar aplicaciones de terceros como predeterminadas para usar estas nuevas funciones NFC, expandiendo significativamente el ecosistema de aplicaciones disponibles fuera de su servicio Apple Pay. No obstante, los desarrolladores interesados en integrar el NFC y el elemento seguro (SE) en sus aplicaciones deberán firmar un acuerdo comercial con Apple, solicitar acceso a las tecnologías correspondientes y abonar las tarifas asociadas. Aunque esto representa un avance hacia un sistema sin contacto más abierto en los dispositivos de Apple, la compañía aún controlará el acceso a su tecnología NFC mediante un modelo de suscripción o tarifas, cuyos detalles están por definirse.
