Tesla quería que su piloto automático condujera como un humano. Así que le enseñó a ignorar algunas señales de tráfico

El sector de la automoción enfrenta desafíos críticos: la eliminación de vehículos de combustión para alcanzar objetivos de descarbonización y la implementación de la conducción autónoma. Tesla se destaca en ambos campos, impulsando la aceptación del coche eléctrico y su automatización. Sus Gigafactorías, como la de Berlín, son clave en este esfuerzo, donde la complejidad va más allá de las cuestiones mecánicas y se adentra en el software avanzado para el funcionamiento y seguridad del vehículo. Este software interpreta datos en tiempo real para el sistema Autopilot, aunque este no es perfecto y ha sido motivo de accidentes. Tesla decidió prescindir de radares y sensores en sus coches, lo que ha resultado en incidentes evitables y críticas sobre las capacidades de su sistema de conducción semiautónoma.

El proceso de desarrollo de esta tecnología es exhaustivo. Los analistas de datos de Tesla revisan innumerables horas de material de video para entrenar la inteligencia artificial, lo que ha llevado a decisiones polémicas como el entrenamiento del sistema para ignorar ciertas señales de tráfico en un esfuerzo por hacer que los coches se conduzcan más como humanos. Aunque este enfoque busca priorizar la experiencia del conductor, ha suscitado debates sobre la seguridad y responsabilidad en la conducción autónoma.

Además, Tesla enfrenta controversias relativas al manejo de datos privados y la privacidad, con reportes de trabajadores compartiendo imágenes sensibles capturadas por los vehículos. Esto ha desencadenado preocupaciones sobre la ética y las prácticas laborales dentro de la compañía, llevando a campañas sindicales y despidos en respuesta a demandas de un trato más humano para los empleados. La historia de Tesla refleja no solo los desafíos tecnológicos de la automoción moderna, sino también cuestiones más profundas sobre ética, privacidad y la interacción entre humanos y máquinas avanzadas.