En el mundo de la conservación de libros, a menudo pensamos en museos y bibliotecas como custodios de vastas colecciones de manuscritos, borradores y otras obras literarias. Instituciones como la Real Academia Española (RAE) ofrecen acceso a miles de estos documentos a través de plataformas digitales. Sin embargo, un tesoro igualmente valioso reside en los archivos de iglesias y catedrales, tales como los de la biblioteca del Vaticano y recientemente, la Catedral de Barcelona ha cobrado protagonismo por un hallazgo significativo.
En la Catedral de Barcelona, se descubrió lo que ha sido llamado el manuscrito medieval catalán más importante de los últimos 100 años. Este descubrimiento subraya cómo, a lo largo de la historia, iglesias y catedrales han fungido como reservas culturales, acumulando obras desde la época medieval hasta después de la invención de la imprenta. El Archivo Capitular de la Catedral de Barcelona es particularmente notable, albergando una vasta cantidad de documentos importantes para la historia y la cultura medieval de Europa.
El archivo contiene 257 códices, casi 41.000 pergaminos y 13.570 volúmenes, y realiza importantes tareas de restauración. Entre sus colecciones, se descubrió un cancionero trovadoresco del siglo XIV, compuesto por 13 hojas que incluyen 17 poemas. Este descubrimiento es considerado el hallazgo más relevante en el ámbito de la poesía medieval trovadoresca en el último siglo. La obra destaca por su carácter anticlerical y su crítica a la situación político-social de Occitania, proponiendo una nueva perspectiva en el estudio de la lírica trovadoresca en Cataluña y su relación con Occitania.
El cancionero no solo aporta al conocimiento de la circulación de la lírica trovadoresca, sino también a entender mejor cómo se copiaba y leía en Cataluña. Con su diseño meticuloso y contenido único, propone indicios sobre cómo se diseñaban manuscritos de lírica en la región, abriendo nuevas vías de estudio y comprensión de la cultura medieval. Este hallazgo enfatiza la importancia de la catalogación y conservación en los archivos eclesiásticos, revelando cómo aún quedan tesoros por descubrir que pueden arrojar luz sobre aspectos poco conocidos de la historia y la cultura.