El creciente desarrollo de la inteligencia artificial (IA) está catalizando un renovado interés por la energía nuclear, evidenciando una notable tendencia en el ámbito de la tecnología y la energía. Este año, Microsoft marcó el inicio de esta tendencia al alcanzar un acuerdo para reabrir la central nuclear de Three Mile Island, inactiva desde 2019, para potenciar su infraestructura de IA. Google, no quedando atrás, anunció planes para construir siete reactores nucleares modulares (SMR) destinados a alimentar sus futuros centros de datos, destacando la creciente sinergia entre la tecnología avanzada y la producción energética.
Amazon se suma a esta ola con tres acuerdos significativos que subrayan su compromiso con la energía nuclear. El primero, con Energy Northwest, contempla la construcción de cuatro reactores nucleares que, en su etapa inicial, generarán 320 megavatios (MW), expandiéndose potencialmente hasta 960 MW. El segundo acuerdo con X-energy, se enfoca en el desarrollo y uso de reactores SMR y combustible avanzado, no solo para proyectos con Energy Northwest sino también para posibles proyectos independientes. Además, Amazon ha cerrado un trato con Dominion Energy para desarrollar un proyecto SMR cerca de la activa central nuclear North Anna, con el objetivo de añadir 300 megavatios de energía a la red.
La adopción de la energía nuclear por parte de Amazon no es un experimento reciente; previamente, la compañía invirtió 650 millones de dólares en un centro de datos cercano a una central nuclear operada por Talen Energy en Pensilvania, buscando una fuente de energía directa y robusta. Estos movimientos no solo son estratégicos para las necesidades energéticas de las grandes tecnológicas sino que también reflejan un cambio en la percepción y el valor de la energía nuclear, evidenciado por países como Japón y Francia, que están reactivando y planeando nuevas instalaciones nucleares, respectivamente. Sin embargo, no todos los países comparten esta visión; Alemania y España, por ejemplo, están avanzando hacia el cierre de sus instalaciones nucleares, explorando alternativas para la gestión de los residuos nucleares y el desmantelamiento de las centrales.
