La arquitectura RISC-V, originada en la Universidad de California en Berkeley en 2010, fue concebida inicialmente con fines educativos, aspirando a convertirse en una opción de hardware libre frente a los diseños x86-64 de Intel y AMD y las arquitecturas ARM. Esta arquitectura de tipo RISC (ordenador con conjunto de instrucciones reducido) destaca por ser libre y abierta, permitiendo su uso y modificación sin costes de licencia, lo que la hace ideal para una variedad de aplicaciones que van desde ordenadores personales hasta supercomputadores.
NVIDIA, conocida por sus tecnologías propietarias, ha comenzado a adoptar RISC-V, reemplazando gradualmente sus microcontroladores propios por este tipo de chips, evidenciando un cambio notable en su estrategia hacia una mayor apertura. Desde 2015, la empresa ha desarrollado al menos tres núcleos basados en RISC-V: NV-RISCV32, NV-RISCV64 y NV-RVV, mostrando una clara transición desde su microcontrolador propietario Falcon hacia estos núcleos abiertos.
Las GPUs de NVIDIA, tanto las dedicadas como las que se utilizan en inteligencia artificial, se benefician significativamente de estos microcontroladores basados en RISC-V. Estos chips, que varían en número dependiendo de la complejidad de la GPU, se encargan de administrar el comportamiento de los núcleos propietarios. Con la adopción de RISC-V, NVIDIA no solo demuestra su compromiso con esta arquitectura abierta, sino que también prevé la distribución de aproximadamente 1.000 millones de núcleos RISC-V en sus productos para finales de 2024, lo cual es un testimonio de su creciente integración y la apuesta por este estándar abierto y flexible. Este movimiento no sólo marca un hito para NVIDIA sino también para el ecosistema de desarrollo de hardware en general, apuntando hacia una mayor adopción de tecnologías abiertas en la industria.
