los móviles están dando pasos en la dirección equivocada

La fotografía móvil está atravesando un punto de inflexión. La mayoría de los usuarios prefieren imágenes con alta exposición, vivos colores y contrastes, incluso si estos no reflejan la realidad, sobre todo para su uso en redes sociales. Sin embargo, esta tendencia choca con la incorporación de funciones «Pro» y «Ultra» en los smartphones, que incluyen capacidades como disparo en RAW, grabación en LOG, y modos profesionales con el objetivo de desplazar a las cámaras profesionales.

A pesar de las mejoras tecnológicas en smartphones, un problema persistente es el «efecto acuarela» provocado por un procesamiento excesivo en un intento de eliminar completamente el ruido y mejorar el contraste, dejando las imágenes irreales, especialmente cuando se amplían. Utilizar aplicaciones de terceros ha demostrado que es posible obtener imágenes más naturales, pero las prácticas actuales de procesamiento por parte de los fabricantes destruyen esta posibilidad.

Las cámaras modernas están solucionando estos problemas de manera efectiva, empleando IA y algoritmos avanzados para mejorar el reconocimiento de escenas y el seguimiento de sujetos, sin sacrificar la calidad de la imagen. Este acercamiento contrasta con la tendencia en la fotografía móvil que tiende hacia resultados cada vez más artificiales.

Para competir con las cámaras profesionales, los smartphones deberían adoptar un enfoque menos invasivo en el procesamiento de imágenes, focalizándose en mejorar la captura y el procesamiento de imágenes de manera que respete la naturalidad de la escena. Aunque ciertos dispositivos móviles han avanzado significativamente, todavía están limitados por filosofías de procesamiento que priorizan la apariencia sobre la realidad. Cambiar esta filosofía es esencial para el futuro progreso de la fotografía móvil, permitiendo avances que equiparen o incluso superen a las cámaras dedicadas.