a partir de junio cobrará por acceder a Manhattan

Manhattan se dispone a revolucionar su tráfico y financiamiento del transporte público con la introducción de un nuevo sistema de peaje para vehículos, inspirado en modelos de ciudades como Londres. Este cambio, aprobado en 2019 por el estado de Nueva York, se espera que entre en vigencia el 30 de junio, estableciendo una tarifa de 15 dólares para los conductores que accedan a Midtown y Bajo Manhattan durante horas pico. El objetivo primordial es recaudar 1,000 millones de dólares anuales destinados a mejorar el transporte público de la ciudad, que diariamente acoge a 4 millones de pasajeros. Además, se busca mitigar la contaminación al desincentivar el uso de automóviles en áreas congestionadas.

Esta medida pretende no solo financiar el transporte público sino también reducir el tráfico diario en la zona, limitando el acceso a aproximadamente 100,000 vehículos. Así, se mejoraría la movilidad urbana y se contribuiría a la lucha contra la crisis climática, según los defensores de la propuesta. Sin embargo, esta iniciativa ha sido objeto de críticas, principalmente porque podría significar un aumento en el costo del transporte de mercancías y afectar económicamente a quienes ya enfrentan cargos por peajes existentes. Además, el estado de Nueva Jersey ha presentado una demanda contra la implementación del peaje.

Se establecerán diferentes tarifas según el tipo de vehículo, con los automóviles privados pagando 15 dólares, y los camiones y vehículos de carga entre 24 y 36 dólares. Los taxis y servicios de transporte privado como Uber tendrán cargos adicionales por viaje dentro de la zona de restricción. Se contempla algunos beneficios para personas de bajos ingresos y exenciones para personas con discapacidades.

Esta estrategia de gestión de tráfico es pionera en Estados Unidos, colocando a Nueva York a la par de otras grandes ciudades globales que ya han implementado sistemas de peaje urbano para áreas de alta congestión, como Londres, Estocolmo, y Milán. Se anticipa que este modelo de peaje por congestión influencie otras iniciativas similares en diferentes partes del país, adaptando el enfoque de zonas de bajas emisiones a los desafíos urbanos estadounidenses.