En septiembre pasado, Amazon presentó una nueva versión de su asistente de voz Alexa en un evento en Washington DC, prometiendo revolucionar el mundo de la inteligencia artificial (IA) con un sistema capaz de mantener conversaciones enriquecidas sobre diversos temas. Sin embargo, tras la presentación, Amazon ha permanecido en silencio sobre el progreso de este proyecto, dejando en el aire su lanzamiento en los aproximadamente 500 millones de dispositivos con Alexa. En enero de 2024, surgieron rumores de que la nueva versión de Alexa podría lanzarse con una suscripción, sin confirmación de un despliegue efectivo.
Según fuentes citadas por Fortune, Amazon enfrenta problemas internos de «disfunciones estructurales» que han dilatado el lanzamiento del nuevo Alexa basado en IA generativa. La demostración fue solo eso, una demostración, y la versión promocionada del asistente aún no está lista para un lanzamiento masivo. Los desafíos incluyen la falta de datos suficientes para entrenar el modelo y la falta de chips gráficos necesarios para su ejecución competitiva.
Amazon ha decidido cambiar el enfoque hacia el desarrollo de un modelo de IA generativa para Amazon Web Services, tras invertir 4.000 millones de dólares en Anthropic, aunque esto no ha reportado avances significativos ni para el asistente ni para otros proyectos de IA generativa.
Amazon niega los problemas, asegurando tener acceso a cientos de miles de GPUs y manteniendo la prioridad en el desarrollo de Alexa. Mientras tanto, Siri, el asistente de voz de Apple, presentó mejoras significativas, incluyendo una voz más natural y la capacidad de completar acciones mediante la integración con aplicaciones, adelantándose a Alexa en términos de desarrollo e innovación.
Exempleados de Amazon han expresado su escepticismo sobre el progreso de Alexa, destacando los desafíos técnicos y burocráticos dentro de la compañía. Amazon había anunciado trabajos en un proyecto llamado Olympus, un modelo de IA con dos billones de parámetros, pero fuentes internas sugieren que sus capacidades están lejos de las expectativas.
En resumen, el futuro de Alexa y su capacidad para mantenerse relevante frente a competidores como Siri parece incierto, afectado por problemas internos de Amazon y la falta de avances significativos en el desarrollo de su inteligencia artificial generativa.
