La conversión de HBO Max a Max representa un cambio significativo en el mundo de la televisión y el streaming, más allá de un simple rebranding. HBO ha jugado un papel crucial en la denominada Peak TV o Edad de Oro de la Televisión, iniciada alrededor de 1999 con series icónicas como ‘Los Soprano’, ‘The Wire’, y más recientemente, ‘Game of Thrones’ y ‘House of Cards’. Este período se caracterizó por una producción televisiva de alta calidad y narrativas complejas y profundas, diferenciándose claramente del contenido tradicional, más rápido y menos introspectivo.
Sin embargo, 2023 ha marcado un año difícil para la Peak TV, con una caída del 14% en la producción de series originales debido a varios factores, incluyendo huelgas de creadores y recortes presupuestarios significativos por parte de compañías como Warner y Disney+. La irrupción y consolidación del streaming, y especialmente la estrategia de Netflix de lanzar temporadas completas para fomentar el «binge-watching», han transformado radicalmente la producción y el consumo de contenido televisivo, gravitando hacia formatos más ligeros y de menor duración.
Este cambio de paradigma señala el fin de la era de la televisión opulenta de la Peak TV, con Netflix ejerciendo una notable influencia al promover una producción más económica, de estética televisiva y con una mayor dependencia de efectos CGI de menor calidad. En resumen, la industria está transitando hacia una fase de recesión, marcada por una reducción en la calidad y la inversión económica en producción televisiva, alejándose de los estándares que HBO había establecido en las últimas décadas.
