Recientemente, París fue el epicentro de un congreso internacional enfocado en el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), un evento de gran importancia para la Unión Europea (UE) que anunció una inversión de 150.000 millones de euros en IA para los próximos años. Este congreso marcó un cambio significativo en la postura de la UE respecto a la regulación de la IA, con planes de suavizar las normativas para estimular el avance tecnológico dentro de los países miembros. La intención de menos regulación y más innovación destaca la necesidad de la UE de reajustarse y sincronizarse con el ritmo global en el campo de la IA, manteniendo la confianza en esta tecnología emergente.
Henna Virkkunen, responsable de Soberanía, Seguridad y Democracia en la Comisión Europea, subrayó la idea de simplificar la regulación y hacerla más amigable para las empresas, reduciendo la burocracia y la carga administrativa. El presidente francés Emmanuel Macron también defendió esta visión de simplificación y resaltó la importancia de desarrollar una IA confiable. Durante el evento, líderes de la industria tecnológica, como Sundar Pichai de Alphabet y el exCEO de Google, Eric Schmidt, coincidieron en la urgencia de Europa por adoptar y desarrollar tecnologías de IA de código abierto para no quedarse atrás en la competencia global, especialmente frente a China.
Sin embargo, la adaptación y el impulso del desarrollo de la IA en Europa llegan más de dos años después del auge de ChatGPT, indicando un posible retraso en la adopción de políticas más flexibles. Ejemplos de startups europeas como Mistral en Francia y Freepik en España muestran el potencial competitivo en el sector de la IA, pero la regulación previa no ha favorecido suficientemente este avance. La esperanza está puesta en que el cambio de retórica se traduzca pronto en acciones concretas que respalden y aceleren el desarrollo de la IA en Europa, demostrando el compromiso del continente con la innovación y la tecnología de vanguardia.
