Creíamos que el Sáhara iba a «comerse» a Almería y Murcia en el futuro. Unos investigadores creen que llegará hasta Mallorca

España enfrenta un futuro climático alarmante según un estudio de la Universidad Politécnica de Cataluña. En las últimas cinco décadas, el país ha experimentado un incremento en las temperaturas y una disminución en las precipitaciones, marcando tendencias hacia un clima más seco y cálido. La investigación predice que, para el año 2050, España podría experimentar una reducción de hasta el 20% en las lluvias y un aumento en la temperatura media diaria de 1,43 °C comparado con los últimos diez años. Estos cambios sugerirían una transición hacia un clima semiárido, afectando significativamente el ecosistema y la vida cotidiana.

El estudio resalta el aumento de las temperaturas en España, que han subido una media de 3,27 °C entre 1971 y 2022, contrastando con el incremento global de 1,19 °C en el mismo periodo. Este calentamiento ha resultado en un verano extendido por aproximadamente 36 días en todo el país y un aumento significativo en la frecuencia y duración de las olas de calor. Además, las noches tropicales, en las que las temperaturas no bajan de los 25 °C, se han multiplicado sustancialmente, sumiendo al país en un calor intenso por más tiempo.

El análisis también menciona un aumento en las lluvias torrenciales, a pesar de la disminución general de las precipitaciones. Estos eventos extremos no compensan la falta de agua, y en lugar de ello, pueden llevar a inundaciones, poniendo en riesgo la seguridad de las personas y el bienestar de los ecosistemas.

El fenómeno de la desertificación ya está afectando áreas del sudeste español, con regiones como Almería, Murcia, y Alicante sufriendo degradaciones severas. La desertificación no solo amenaza la biodiversidad, sino que también compromete los suelos y su capacidad para servir como sumideros de carbono, impactando negativamente en la salud del planeta.

En un panorama más amplio, el estudio sugiere que si España continúa en su trayectoria actual de emisiones de gases de efecto invernadero y no se toman medidas significativas para contrarrestar el cambio climático, el país podría enfrentar una transformación drástica de su clima hacia condiciones casi desérticas para mediados de siglo. Este cambio representaría un desafío monumental para la sostenibilidad de la vida en España y la preservación de su rica biodiversidad y patrimonio natural.