El 25 de marzo de 2014, Facebook sorprendió al mundo al anunciar la compra de Oculus por 2.000 millones de dólares, una empresa pionera en la creación de gafas de realidad virtual. Esta adquisición reflejó la profunda creencia de Mark Zuckerberg en el potencial de los mundos virtuales, una visión que eventualmente lo llevaría a renombrar su compañía como Meta, poniendo todas sus apuestas en este futuro digital. Zuckerberg imaginaba un futuro donde, a través de las gafas de realidad virtual, las personas podrían experimentar eventos deportivos como si estuvieran presentes, participar en aulas globales o realizar consultas médicas cara a cara sin salir de casa.
A pesar de estas visiones futuristas, una década después, la prometida revolución de la realidad virtual aún no se ha materializado en la forma esperada. En 2017, Zuckerberg reconoció retrasos en el desarrollo de los controladores Oculus Touch y predijo que la industria de la realidad virtual no generaría beneficios significativos en el corto plazo. Esta predicción resultó ser acertada, ya que desde finales de 2020 hasta el primer trimestre de 2024, la división del metaverso de Meta ha reportado pérdidas de 42.000 millones de dólares, unas cifras financieramente abrumadoras incluso para una empresa con ingresos netos de 39.100 millones de dólares en 2023.
Sin embargo, Meta sigue comprometida con la realidad virtual, intentando posicionarse como el equivalente a Android en este sector, aunque enfrenta la competencia de productos como las Vision Pro de Apple. Estos últimos introducen una propuesta de realidad virtual más cara y potente, con un enfoque diferente, lo que podría influir en la adopción masiva de esta tecnología. A pesar de esta competencia y los masivos desafíos financieros, la realidad virtual continua siendo una apuesta a largo plazo para Zuckerberg, quien ahora también se concentra en el desarrollo de la inteligencia artificial como otro importante enfoque de Meta. Sin embargo, hasta ahora, la travesía de Meta en la realidad virtual ha estado marcada principalmente por pérdidas multimillonarias.
