el descontento del CEO de Amazon tras la compra fallida de iRobot

El 5 de agosto de 2022, Amazon anunció la compra de iRobot por 1.700 millones de dólares, buscando dominar el mercado de robots aspiradores. Sin embargo, reguladores de EE.UU. y la Unión Europea plantearon preocupaciones anticompetitivas, aunque el Reino Unido aprobó la adquisición. Ante la posible obstrucción regulatoria, Amazon decidió renunciar al acuerdo, lo que resultó en una caída de las acciones de iRobot y la eliminación del 31% de su plantilla, unos 350 empleados, además de enfrentar una multa de 94 millones de dólares.

Posteriormente, Andy Jassy, CEO de Amazon, reflejó el acontecimiento como «una triste historia» y defendió la adquisición, argumentando que habría fortalecido la competitividad de Amazon frente a empresas rivales, particularmente mencionando la preocupación sobre competidores chinos. Esta situación resalta la percepción de Jassy de que los reguladores muestran una preferencia implícita hacia competidores no estadounidenses en el espacio de tecnología de consumo.

La historia destaca no solo el fracaso de un gran acuerdo comercial sino también la creciente rigurosidad de las entidades regulatorias en grandes adquisiciones, evidenciado en casos similares de otras empresas tecnológicas. A pesar de este revés, Amazon continúa su enfoque en la expansión a largo plazo, incluyendo el desarrollo de inteligencia artificial generativa y proyectos como la red de satélites Project Kuiper.

Este episodio ilustra los desafíos que enfrentan las corporaciones tecnológicas en su búsqueda de expansión a través de adquisiciones, en un entorno donde las preocupaciones antimonopolio están cada vez más presentes, y cómo incluso gigantes como Amazon pueden verse obligados a retroceder ante la presión regulatoria.