el pago de su bono salarial de 46.000 millones

A pocos días de la próxima junta de accionistas de Tesla, la empresa se encuentra en medio de una intensa lucha de intereses. Elon Musk, el visionario detrás de Tesla, enfrenta resistencia de sus accionistas tras un fallo judicial que le negó una bonificación de 55.000 millones de dólares. Este bono, que hubiera sido su única remuneración debido a su salario simbólico de un dólar, fue bloqueado por una jueza de Delaware en enero de 2024, favoreciendo a un grupo disidente de accionistas.

La junta directiva de Tesla, que incluye figuras cercanas a Musk como su hermano Kimbal y su amigo James Murdoch, ha lanzado una ofensiva para reunir apoyo. Ahora buscan aprobar un nuevo paquete salarial valorado en 46.000 millones de dólares para Musk y promueven una reubicación fiscal de la empresa a Texas. Para ganar respaldo, Tesla ha desatado una campaña publicitaria y creado un sitio web para facilitar a los accionistas el voto a favor de estas propuestas.

Mientras tanto, los detractores de Musk, que incluyen a grandes inversores corporativos y individuales, han expresado abiertamente su desacuerdo. Han enviado cartas a otros accionistas instándolos a votar en contra de la directiva actual y las propuestas en cuestión. Entre los opositores se encuentra Leo Koguan, un prominente accionista minoritario, y organismos como el fondo de pensiones de empleados públicos de California (CalPERS) y la asesoría Glass Lewis.

En respuesta a la oposición, Musk ha recurrido a campañas de difamación en redes sociales, particularmente en X, enfocándose en sus críticos más vocales. La tensión entre las partes interesadas sugiere que la próxima votación podría ser particularmente contenciosa, con la posibilidad de más conflictos en el horizonte. Esta situación destaca no solo la intensa batalla por el control y la dirección financiera de una de las empresas más innovadoras del mundo, sino también la polarizada dinámica entre su carismático líder y algunos de sus más grandes inversores.