En una era dominada por la avanzada tecnología y los semiconductores, el antiguo oficio de la relojería se mantiene firme y en crecimiento, desafiando la noción de obsolescencia. En España, el Instituto Mare de Déu de la Mercè en Barcelona emerge como el único centro de Formación Profesional que brinda educación reglada en relojería, bajo la homologación del prestigioso programa internacional WOSTEP y respaldado por la Federación de la Industria Relojera Suiza. Este programa de grado medio se extiende por 2.000 horas, incluyendo 416 horas de prácticas, y abarca las tres áreas clave de la relojería: mantenimiento, reparación y restauración.
El perfil de la relojería ha evolucionado significativamente; lo que una vez fue visto como un arte de otra era, ahora encuentra su relevancia en la modernidad, no solo en la reparación de relojes analógicos de lujo vintage, sino también en campos tan diversos como la metrología en la industria automotriz. Esta formación profundiza en la micromecánica, ampliando las oportunidades profesionales de los graduados más allá de la tradicional fabricación y reparación de relojes, para adentrarse en sistemas de micromedición esenciales tanto para la ciencia como para la industria.
Año tras año, los 15 graduados de este centro educativo se especializan en montar complejos sistemas de relojería y mecanismos mecánicos diminutos, dotándolos de las habilidades necesarias para incursionar en el sector de los autómatas, una innovación cada vez más integrada por las marcas de lujo en sus productos. Esta singular especialización ha incrementado la demanda y valoración de estos profesionales en el mercado laboral, reflejándose en salarios que superan la media nacional, situándose entre 5.723 y 6.294 euros mensuales, un testimonio de la sólida vinculación entre la tradición relojera y las exigencias del presente tecnológico.
