En 1955 Tokyo Tsushin Kogyo creía que su nombre era demasiado complicado para el extranjero. Así que se cambió a Sony

Elegir un buen nombre es crucial, tanto para usuarios en aplicaciones como para empresas que lanzan un producto. Marcas reconocidas como Nintendo, Apple, Microsoft o Sony han demostrado la importancia de un nombre potente. Sony, originalmente llamada Tokyo Tsushin Kogyo K.K. (Tokyo Telecommunications Engineering Corporation) fue fundada por Masaru Ibuka y Akio Morita poco después de la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente un taller de reparación de radios, con el tiempo la empresa se aventuró en la innovación, creando productos como una fallida arrocera eléctrica y adquiriendo importantes licencias de transistores para producir radios.

La especialización en audio marcó los primeros años de Sony, pero el nombre Tokyo Tsushin Kogyo presentaba un desafío para la expansión global de la marca debido a su complejidad y difícil pronunciación fuera de Japón. Explorando opciones para un nombre más comercial y ante la imposibilidad de usar las siglas TTK por coincidir con otra empresa, y después de descartar «Totsuko» por ser difícil de pronunciar para los estadounidenses, en 1958 se adoptó «Sony». Este nombre, un juego de palabras entre «sonus» (sonido en latín) y «sonny» (término para jóvenes innovadores), era corto y fácil de recordar, aunque rompía con la tradición japonesa al utilizar letras romanas en lugar de los kanjis tradicionales.

El cambio de nombre a Sony no fue inmediatamente aceptado por todos, como su principal fuente de financiación, que sugirió nombres que indicaban el campo de especialización. Sin embargo, Morita rechazó estas sugerencias, buscando no limitar la diversidad de sectores donde la compañía podría involucrarse. Esto permitió a Sony expandirse más allá de la electrónica, incursionando exitosamente en sectores como la imagen, el sonido, la informática y los videojuegos. Un ejemplo del éxito de la marca bajo este nuevo nombre fue la radio TR-610, lanzada en 1958 y que se convirtió en un éxito en Occidente, consolidando a Sony como un gigante tecnológico reconocible a nivel mundial.