La necesidad de satisfacer la creciente demanda energética impulsada por la Inteligencia Artificial (IA) ha desencadenado acciones significativas por parte de empresas tecnológicas y entidades financieras hacia la energía nuclear. Grandes compañías como Microsoft han tomado iniciativas tales como reabrir centrales nucleares, ejemplo de ello es la central de Three Mile Island, para alimentar sus operaciones de IA. Este interés se ve reflejado igualmente en los debates que se han reavivado en Europa y Japón sobre la reactivación de las centrales nucleares, especialmente tras el desastre de Fukushima hace 13 años. La energía nuclear, a pesar de ser un tema de controversia por las preocupaciones ambientales que genera, como los residuos nucleares, ahora es vista como una solución viable para reducir emisiones y generar energía de manera sustentable.
Instituciones financieras, entre ellas Bank of America, Barclays, BNP Paribas, Citi, Morgan Stanley, y Goldman Sachs, han prometido incrementar el apoyo hacia la energía nuclear. De acuerdo con las primeras negociaciones climáticas de la COP28, existe un objetivo global de triplicar la capacidad de energía nuclear para el 2050 para afrontar el cambio climático. No obstante, pese al respaldo financiero y tecnológico, la energía nuclear enfrenta desafíos como la gestión segura de residuos radioactivos, los altos costos iniciales y los riesgos de accidentes nucleares que aún generan hesitación pública.
Por otra parte, el sector tecnológico muestra un creciente interés en esta forma de generación de energía, considerando a la nuclear como potencial proveedor de energía constante para centros de datos que requieren el funcionamiento de la IA, con compañías como Oracle planificando alimentar sus centros de datos con energía nuclear. Los compromisos adquiridos reflejan un cambio significativo hacia la aceptación de la energía nuclear como una fuente clave para satisfacer la demanda energética del futuro, pese a las limitaciones y desafíos existentes.
