OpenAI, a pesar de las significativas pérdidas financieras destacadas por Sam Altman, sigue atrayendo la inversión gracias a su enfoque en convertir a ChatGPT en una herramienta financiera innovadora. La inversión en inteligencia artificial, particularmente en ChatGPT, se justifica por el potencial de retorno a través del compromiso del usuario. En septiembre de 2025, los servicios de IA experimentaron un aumento sustancial en visitas, alcanzando 7.000 millones al mes, lo que refleja un crecimiento del 76% respecto al año anterior y posicionándolos como competidores directos de las redes sociales en términos de tráfico. ChatGPT, específicamente, se acercó a las cifras de visitas mensuales de plataformas como Instagram, situándose detrás de gigantes como Google y YouTube.
La clave del éxito en la era digital radica en capturar la atención del usuario, un activo más valioso que el dinero mismo. Este enfoque es vital no solo para las redes sociales, sino para cualquier empresa que busque visibilidad en internet. A pesar de que los chatbots, incluido ChatGPT, generan pérdidas con cada uso, la estrategia de atraer atención justifica el gasto. Las empresas tecnológicas, conscientes de la creciente importancia de la IA, están dispuestas a endeudarse para no quedarse atrás en esta carrera.
ChatGPT ha logrado posicionarse rápidamente como una de las plataformas web más importantes, demostrando que captar la atención de los usuarios es crucial. La próxima fase incluirá probablemente la incorporación de anuncios en los chatbots, una medida que, aunque generaría ingresos, especialmente de usuarios de planes gratuitos, plantea preocupaciones sobre privacidad y la neutralidad de las respuestas.
En conclusión, a pesar de las enormes inversiones y la ausencia de beneficios directos, las perspectivas de la IA siguen siendo optimistas, evidenciadas por el crecimiento explosivo en visitas y el interés continuo de inversores y grandes tecnológicas, dispuestas a apostar por el futuro de esta tecnología.