Elon Musk, tras desbancar a Bernard Arnault, mantuvo el título de la persona más rica del mundo, experimentando un aumento significativo en su fortuna después de las elecciones de Donald Trump con un patrimonio que superó los 432.000 millones de dólares. Sin embargo, en 2025, Musk enfrenta una de las caídas más pronunciadas de su patrimonio, perdiendo 80.000 millones de dólares ese año. Este descenso se debe principalmente a las repercusiones de sus actividades políticas y su impacto en las ventas de Tesla, su empresa estrella. A pesar de ello, su riqueza aún ronda los 357.000 millones de dólares, pero otros magnates tecnológicos, impulsados por inversiones en Inteligencia Artificial (IA), empiezan a acercarse a su fortuna.
Tesla ha sufrido un descenso significativo tanto en ingresos como en beneficios, con una caída del 12% y del 16% respectivamente en el segundo trimestre de 2025. Estos problemas han afectado la confianza de los inversores, provocando una disminución del 20% en la cotización de la empresa en ese año. A pesar de las jugadas estratégicas de Musk, como la compra de X por xAI, para compensar las pérdidas de Tesla y diversificar sus fuentes de ingresos, la situación financiera de Musk sigue siendo precaria.
La economía estadounidense, bajo la presidencia de Trump, enfrenta turbulencias debido a las guerras arancelarias, afectando el valor de las fortunas de prominentes magnates, incluido Musk. La competencia por mantenerse como la persona más rica del mundo se intensifica, especialmente con Larry Ellison, cuya fortuna aumentó en 102.000 millones de dólares en 2025 gracias a ganancias generadas por Oracle en el ámbito de la IA. Este panorama plantea un escenario en el que Elon Musk podría perder su posición privilegiada en favor de Ellison, subrayando la volatilidad de las grandes fortunas y la influencia de la tecnología y la política en su evolución.