La saga de TikTok en Estados Unidos ha tomado un giro inesperado con la entrada en vigor de una prohibición apoyada por la «Ley de Protección de los Estadounidenses contra Aplicaciones Controladas por Adversarios Extranjeros». La compañía anunció que está trabajando para restaurar el servicio poco después de la prohibición. En una entrevista, Donald Trump, quien asume el cargo el 20 de enero, sugirió que podría dar a TikTok un aplazamiento de 90 días para resolver la situación, aunque señaló que la aplicación no está dispuesta a ceder ante las exigencias estadounidenses.
El éxito de TikTok se atribuye en gran medida a su algoritmo superior, que personaliza el contenido para los usuarios y permite a los creadores de contenido obtener visibilidad significativa. Sin embargo, este algoritmo también juega un papel crucial para China, ya que es una herramienta valiosa para recopilar información de los usuarios. Bytedance, la compañía detrás de TikTok, ha afirmado que no venderá su algoritmo bajo ninguna circunstancia, destacando su importancia estratégica para su modelo de negocio.
Dado que TikTok es la empresa no cotizada más valiosa del mundo, con una valoración inicial en 2024 de 250.000 millones de dólares, Trump ha sugerido que cualquier adquisición en Estados Unidos implicaría una joint venture sin incluir el algoritmo crucial de TikTok. Esto significaría que, mientras la interfaz y la base de datos de usuarios permanecerían, la esencia de lo que hace a TikTok especial se perdería.
Bytedance se mantiene firme en mantener su sede y operaciones en China, lo que plantea dificultades para satisfacer las demandas de seguridad de Estados Unidos. A pesar de intentos por distanciarse de las autoridades chinas, para el gobierno estadounidense, TikTok sigue siendo una amenaza controlada por su principal competidor geopolítico. Este contexto pone a TikTok en una posición complicada en Estados Unidos, donde su futuro permanece incierto.