Intel ha declarado las mayores pérdidas de su historia. En realidad es un espejismo contable

Intel ha reportado unas pérdidas históricas de 16.600 millones de dólares en el tercer trimestre de 2024, marcando el peor resultado financiero en sus 56 años de historia. Este significativo descenso contrasta con la ganancia de 297 millones de dólares del mismo período en 2023. Los ingresos también disminuyeron un 6% interanual, situándose en 13.300 millones de dólares, y su valor en bolsa cayó por debajo de los 100.000 millones de dólares, lo que refleja una disminución de las acciones en un 60% desde 2021.

Esta crisis financiera coincide con un momento de gran transformación para Intel, que incluye una reestructuración corporativa importante. Se han anunciado despidos de 15.000 empleados y un plan de reducción de costes que pretende ahorrar 10.000 millones de dólares anuales. Estos cambios dramáticos se atribuyen en parte a la necesidad de Intel de adaptarse a un mercado dominado cada vez más por tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial (IA).

El desglose de las pérdidas revela que gran parte de ellas provienen de ajustes contables y costes no recurrentes, como la depreciación de 9.900 millones de dólares en activos fiscales diferidos, 3.100 millones en depreciación de equipos de fabricación, 2.900 millones en deterioro del fondo de comercio principalmente por la adquisición sobrevalorada de su división de vehículos autónomos Mobileye, y 2.800 millones en costes por la reestructuración y despidos.

Intel enfrenta varios desafíos, incluyendo el rezago tecnológico en el sector de semiconductores frente a competidores como NVIDIA, AMD o Qualcomm, pérdidas en su división de fabricación para terceros y una caída de ingresos en su principal división de PC.

El CEO de Intel, Pat Gelsinger, ha propuesto varias estrategias para revertir la situación, que incluyen convertir la división de fabricación para terceros en una subsidiaria independiente, concentrarse en el desarrollo de su proceso de fabricación Intel 18A, simplificar el catálogo de productos y mejorar la eficiencia organizativa.

A pesar de las pérdidas récord, los inversores han respondido positivamente a las medidas de reestructuración, con un aumento del 15% en el valor de las acciones tras el anuncio de los resultados. La esperanza de recuperación de Intel se centra en el lanzamiento de Panther Lake, basado en el proceso 18A, previsto para 2025, que será un momento crítico para determinar el futuro de la empresa en un mercado altamente competitivo.