En una era donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la robótica doméstica es un campo que suscita un creciente interés tanto en el ámbito empresarial como en el imaginario colectivo. El deseo de tener asistentes robóticos capaces de realizar tareas del hogar, tales como recoger objetos olvidados, cargar el lavavajillas, o poner la lavadora, parece estar cada vez más cerca de materializarse. Empresas como Figure AI y Tesla están a la vanguardia en esta carrera tecnológica, desarrollando robots humanoides como el Figure 03 y Tesla Optimus, respectivamente, que prometen transformar la dinámica doméstica.
El Figure 03, creado por Figure AI con sede en California, representa un hito en la robótica doméstica, diseñado para asumir una variedad de tareas hogareñas. Gracias a un plan ambicioso de producción masiva, esta compañía contempla la posibilidad de hacer estos asistentes más accesibles al público general. Por otro lado, Tesla, conocida principalmente por sus innovaciones en el sector automotriz, ha entrado en el terreno de los robots humanoides con su prototipo Tesla Optimus, enfocado en realizar actividades repetitivas o aburridas.
Además de estas compañías estadounidenses, otras partes del mundo, como China y Noruega, no se quedan atrás en el desarrollo de la robótica orientada al hogar. En China, el enfoque se centra tanto en la transformación industrial como en la creación de robots de compañía, mientras que en Noruega, 1X Technologies aspira a implementar robots que realicen labores de limpieza y organización.
Pese a la fascinación que despiertan estas creaciones, existen voces críticas que cuestionan la viabilidad y la necesidad práctica de robots humanoides en el hogar, argumentando que podrían ser menos eficientes y más costosos en comparación con dispositivos diseñados para tareas específicas. Además, la impresión que causan robots demasiado realistas puede ser contraproducente, una teoría conocida como “el valle inquietante”.
En suma, mientras el futuro de la robótica doméstica se presenta prometedor y lleno de posibilidades, aún persisten interrogantes sobre su aplicabilidad, costo, y aceptación por parte de los consumidores. La visión de contar con un robot que asista en las tareas del hogar es intrigante, pero su implementación efectiva y su impacto en la sociedad están por verse.
