‘Tiburón’, dirigida por Steven Spielberg, es un clásico del cine que surgió de un contexto de producción lleno de adversidades. Durante el rodaje, enfrentaron múltiples problemas con el tiburón mecánico, apodado «Bruce», que fallaba constantemente al contacto con el agua salada, lo que provocaba temores de que la película fuera un fracaso. Estos problemas técnicos obligaron a Spielberg a adoptar un enfoque más sutil en la presentación del tiburón, centrándose en crear suspense mediante la insinuación de la presencia del tiburón en lugar de mostrarlo directamente. Esta técnica de «menos es más», inspirada en las obras de Hitchcock, se convirtió en el mayor acierto narrativo de Spielberg, generando tensión y miedo a partir de lo no visto, y estableciendo un vínculo psicológico profundo entre el público y el miedo a lo desconocido del mar.
La banda sonora de John Williams, con su emblemática secuencia de dos notas, acentuó esta tensión, contribuyendo a la atmósfera terrorífica de la película. La incapacidad para mostrar al tiburón mecánico llevó a Spielberg a utilizar la cámara en primera persona, imitando la perspectiva del tiburón y creando un efecto inmersivo que subrayaba el peligro acechante bajo el agua.
A pesar de las dificultades, ‘Tiburón’ se convirtió en un hito del cine, inaugurando la era del «estreno-evento» con su exitosa campaña de marketing y lanzamiento en verano, una estrategia que cambió la industria cinematográfica. Su impacto extendió el terror más allá de la pantalla, afectando la relación de los espectadores con el mar y consolidando la película como un fenómeno cultural.
La película también fue el inicio de una reflexión más amplia sobre temas como la masculinidad, el poder, y la crisis institucional. Sin embargo, Spielberg resumió su esencia de manera sencilla: ‘Tiburón’ es, ante todo, una película sobre un tiburón, cuya presencia es casi invisible pero profundamente sentida, transformando un error técnico en un triunfo narrativo y un legado perdurable en el cine de suspense y terror.
