Las entrevistas de trabajo virtuales se han vuelto comunes, pero en ámbitos técnicos como la programación, surgen desafíos como el uso indebido de inteligencia artificial (IA) por parte de los candidatos para engañar en las pruebas. Empresas destacadas, incluida Google, optan por retornar a las entrevistas presenciales como medida para confrontar esta cuestión y asegurar la validez de las habilidades de los postulantes. Sundar Pichai, CEO de Google, ha explicado que al menos una ronda de entrevistas será en persona para verificar las competencias fundamentales de los candidatos.
Esta tendencia no es única de Google; otras grandes empresas como Apple, Meta, Cisco y la consultora McKinsey están retomando entrevistas cara a cara para evitar las trampas posibilitadas por la IA en las entrevistas online. La idea es que el contacto directo permite evaluar con más seguridad el cumplimiento de los requisitos del puesto. La IA, por otro lado, ha complicado el proceso de selección no solo permitiendo a los candidatos burlar las pruebas técnicas sino también inundando las ofertas laborales con solicitudes y currículums potenciados artificialmente.
El problema se agrava cuando la tecnología se utiliza para cometer fraudes más elaborados, como la creación de deepfakes para representar a los candidatos en las entrevistas o para simular identidades completamente. Un caso destacado es el de Cluely, una startup que promueve abiertamente el uso de IA para superar entrevistas técnicas, lo que demuestra el nivel de desafío que las empresas enfrentan en el reclutamiento. Además, las corporaciones están alerta a señales de fraude durante las entrevistas virtuales, como murmuraciones sospechosas o pausas que indican el uso de asistentes de IA.
En resumen, mientras la tecnología avanza y ofrece nuevas herramientas para la búsqueda de empleo, también plantea desafíos significativos en el proceso de selección, llevando a muchas empresas a readoptar métodos tradicionales para evaluar la idoneidad de los candidatos.
