La posibilidad de que Estados Unidos obligue a Google a trocearse es muy real. Tendría implicaciones para todo el ecosistema

El Departamento de Justicia de Estados Unidos está evaluando estrategias para reducir el dominio de Google en el ámbito de las búsquedas online, considerando incluso la posibilidad de fragmentar la compañía. Esta iniciativa representa un punto de inflexión en los esfuerzos de la Administración Biden por limitar el poder de las grandes empresas tecnológicas, lo que podría transformar significativamente el entorno online.

Entre las opciones que se están barajando para contrarrestar el poder de mercado de Google se incluyen la separación de algunos de sus productos clave como Chrome y Android, obligar a Google a compartir sus datos de búsqueda con competidores, prohibir acuerdos preferenciales con fabricantes de dispositivos (como Apple) para posicionar a Google como el motor de búsqueda predeterminado, y facilitar a los usuarios la opción de cambiar de motor de búsqueda más fácilmente.

La posición dominante de Google en las búsquedas por internet ha planteado no sólo un debate sobre la competencia justa, sino que también ha puesto de relieve las implicaciones a largo plazo para otras gigantes tecnológicas como Apple, Amazon o Meta, las cuales son objeto de escrutinio por supuestas prácticas monopolísticas.

Dividir Google implicaría enfrentarse a un entramado complejo de productos y servicios que están interconectados, donde herramientas como Chrome y Android, aunque no son rentables por sí solos, sirven principalmente para dirigir usuarios hacia el motor de búsqueda de Google, el cual constituye su principal fuente de ingresos. Este proceso no sólo sería desafiante en términos de ejecución, sino que también requiere una consideración cuidadosa para evitar consecuencias negativas en todo el ecosistema tecnológico.

En suma, Estados Unidos está ante la disyuntiva de cómo abordar el dominio de Google sobre las búsquedas online de manera que resulte efectiva y equitativa, sin desencadenar efectos adversos en la industria tecnológica en su conjunto.