Desde la adquisición de Twitter por Elon Musk hace casi dos años, la plataforma, ahora renombrada como X, ha atravesado notables cambios y desafíos. La gestión de Musk se ha caracterizado por una serie de promesas de innovación y cambios en la funcionalidad de la red social, mientras lidia con una significativa caída en sus ingresos por publicidad. Como medida contra esta situación, X ha iniciado acciones legales contra varios anunciantes, específicamente contra la Global Alliance for Responsible Media (GARM), una coalición que representa una gran porción del gasto publicitario global.
La demanda sostiene que GARM ha conspirado con empresas como Unilever y Mars para retener colectivamente miles de millones en ingresos publicitarios de X. A través de un documento de 44 páginas, X acusa a GARM de comunicar a sus miembros dudas sobre el cumplimiento de los estándares de seguridad de marca por la plataforma, lo que ha resultado en la retirada o reducción de publicidad de al menos dieciocho anunciantes. X defiende que siempre ha cumplido con estos estándares de seguridad, aunque esta afirmación se ve contrastada por el aumento percibido de desinformación y discursos de odio en la plataforma.
Además, se reveló que X, como empresa de capital privado, no comparte abiertamente su información financiera, aunque documentos obtenidos sugieren ingresos de 114 millones de dólares en EE. UU. para el segundo trimestre de 2024, marcando una caída respecto a períodos anteriores. Esto simboliza no solo una reducción significativa respecto al año anterior sino también una distancia notable respecto a los ingresos de cuando la compañía era conocida como Twitter.
La batalla de X contra el supuesto boicot publicitario se ubica en un contexto más amplio de controversias y desafíos para la compañía bajo la dirección de Musk, marcando un periodo tumultuoso en la historia de esta influyente plataforma de redes sociales.
