Los microplásticos se han encontrado en diversas partes del cuerpo humano, incluidos testículos, lechugas, el mar, la leche materna y el aire, generando una creciente preocupación sobre su impacto en la salud. En respuesta a esto, una empresa londinense, Clarify Clinics, ofrece un tratamiento de lujo por 11.500 euros para limpiar la sangre de microplásticos mediante un procedimiento similar a la diálisis. Aunque no se ha confirmado científicamente la presencia de microplásticos en la sangre o su impacto directo en la salud, la clínica atrae a clientes con síntomas inespecíficos como fatiga crónica, mediante promesas de mejoras significativas tras el tratamiento.
La ciencia aún no establece los efectos concretos de los microplásticos en la salud, con investigaciones limitadas y resultados observacionales que no prueban una causalidad directa. Pese a la falta de evidencia sólida, Clarify Clinics promociona sus servicios basándose en anécdotas y reportes de mejoría en los niveles de energía y calidad del sueño de sus pacientes. Este tipo de tratamientos se inscribe en una tendencia de biohacking y antienvejecimiento para ricos, donde se invierten grandes sumas de dinero en terapias experimentales sin una base científica robusta que garantice su seguridad o efectividad. La obsesión por mantenerse joven impulsa a muchas personas a someterse a procedimientos cuestionables, esperando resultados que aún no están científicamente comprobados.
