OpenAI, fundada en 2015 como entidad sin ánimo de lucro, se propuso avanzar en el ámbito de la inteligencia artificial (IA) para beneficiar a la humanidad en su totalidad, alejándose de las presiones financieras. Sin embargo, en 2019, la creación de OpenAI LP, su subsidiaria con fines lucrativos, marcó un cambio significativo en su estructura organizacional. Esta decisión buscaba atraer inversiones cruciales ante la insuficiencia de donaciones, manteniendo la promesa de que su junta original continuaría supervisando todas las actividades.
A pesar de las promesas de mantener el espíritu original de la organización, informaciones recientes indican que OpenAI estaría contemplando una reestructuración para permitir la entrada de más inversionistas, lo que podría implicar una disminución del control de la entidad sin fines de lucro original. Este ajuste estructural apunta a solucionar desafíos de financiamiento y a posicionar mejor a la compañía en el cumplimiento de su misión, aunque aún está bajo revisión.
Este posible cambio ha generado cierta preocupación dentro de la comunidad, ya que podría afectar la transparencia y la dirección ética de la compañía. La centralización del poder en una compañía líder en IA es especialmente inquietante dada la pérdida de su equipo original de superalineación, clave para garantizar que el desarrollo de la IA se mantenga en línea con valores humanos fundamentales.
OpenAI se encuentra en un momento crítico, buscando equilibrar su misión altruista con las realidades prácticas del financiamiento y la innovación en el competitivo campo de la IA. Este camino hacia la reestructuración podría abrir nuevas oportunidades de inversión, pero también plantea interrogantes sobre el futuro de la gobernanza y las prioridades de la empresa en la era de la inteligencia artificial avanzada.
