Los centros de datos consumen tanta agua que se han convertido en un problema para sus propias dueñas: las Big Tech

Los centros de procesamiento de datos son fundamentales para el funcionamiento de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, requiriendo cantidades ingentes de agua para su refrigeración, lo que representa un dilema con respecto a los objetivos medioambientales de las empresas. Estos centros demandan también un consumo energético significativo, llevando a compañías como Google y Meta a contemplar la energía nuclear como alternativa.

Una de las estrategias para manejar el desafío del enfriamiento implica el uso de refrigeración líquida, incluyendo métodos innovadores como sumergir servidores en líquidos o incluso instalar centros de datos bajo el océano. Google enfrentó obstáculos en la instalación de un centro de datos en Chile por el excesivo uso previsto de agua potable, lo que evidencia la importancia de encontrar soluciones sostenibles.

Microsoft es pionera en este aspecto, trabajando en diseños de centros de datos que optimizan el consumo de agua mediante sistemas de refrigeración líquida en circuito cerrado. Este enfoque permitiría recircular el agua sin necesidad de añadir más, mirando hacia la reducción de la huella hídrica de estas infraestructuras tecnológicas.

Este esfuerzo no es aislado, ya que otras empresas tecnológicas también buscan minimizar el uso de recursos naturales en la operación de centros de datos. Lenovo, por ejemplo, enfoca esfuerzos en reducir el consumo de agua y energía, reutilizando parte del agua caliente generada para otros fines dentro de sus instalaciones.

La transición hacia soluciones más sostenibles es vital para que las empresas tecnológicas cumplan con sus compromisos ambientales, especialmente en un contexto donde la demanda por servicios de datos experimenta un crecimiento exponencial. Innovaciones en la refrigeración de servidores y la gestión de recursos se perfilan como esenciales en esta búsqueda de sostenibilidad.