Los criptomillonarios compraron relojes de forma compulsiva en 2020. Ahora la industria de lujo está pagando la factura

En los últimos años, la burbuja de los relojes de lujo ha explotado silenciosamente, afectando significativamente el mercado de segunda mano y las ventas de las principales marcas de lujo. Este sector, que ya ha experimentado altibajos con las burbujas inmobiliarias, de criptomonedas y de inteligencia artificial, enfrenta ahora una nueva realidad. La caída de precios en el mercado de segunda mano ha provocado pérdidas en las estimaciones de beneficios y en las acciones de marcas de renombre como Richemont, LVMH y Hermès. Este fenómeno se atribuye a una disminución en la demanda de relojes de lujo, especialmente entre los inversores de criptomonedas que anteriormente impulsaban el mercado con adquisiciones significativas.

A medida que las restricciones de movilidad se levantaron y otros sectores del lujo se recuperaron, el interés por los relojes de lujo, tanto nuevos como usados, disminuyó drásticamente. Esto ha resultado en una sobreoferta en el mercado de segunda mano, lo que a su vez ha influenciado la venta de relojes nuevos al prolongar el tiempo de venta de modelos antes codiciados. La actual situación contrasta fuertemente con el pasado reciente, donde modelos como el Rolex Daytona se vendían por hasta tres veces su precio original en el mercado de segunda mano.

Marcas con larga tradición en la relojería de lujo, como Patek Philippe, todavía pueden sostener sus ventas gracias a sus reservas de pedidos, mientras que otras más orientadas hacia la moda, como TAG Heuer y Hublot del grupo LVMH, enfrentan mayores desafíos. Estas últimas corren el riesgo de ser percibidas más como accesorios de moda que como piezas de colección valiosas, afectando su atractivo a largo plazo entre los compradores de lujo.

Sin embargo, hay un aspecto positivo en este cambio de tendencia: los coleccionistas serios y apasionados ahora encuentran menos competencia de especuladores, lo que les permite acceder a modelos raros sin la presión de precios inflados. Aunque la situación actual plantea desafíos significativos para los fabricantes, también podría reorientar el mercado hacia un enfoque más sostenido en la calidad y el valor intrínseco de los relojes de lujo.