Los actores y dobladores de videojuegos, representados por el SAG-AFTRA, están en huelga desde el 26 de julio, tras 18 meses de negociaciones fallidas con los estudios de videojuegos bajo el Acuerdo sobre Medios Interactivos (IMA). La disputa principal radica en las demandas del sindicato por protecciones contra el uso indebido de la inteligencia artificial (IA) en el sector, un campo que toca directamente a los actores de doblaje e interpretación. Fran Drescher, presidenta del sindicato, enfatizó en un comunicado su negativa a aceptar un acuerdo que permita a las empresas explotar la IA perjudicando a sus miembros, remarcando que intentaron llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
El conflicto subraya una preocupación creciente por cómo la IA puede ser empleada en la industria del entretenimiento, principalmente enfocado en si puede reemplazar o afectar de manera negativa el trabajo de los humanos en este sector. El sindicato acusa a las compañías de no aprender de huelgas previas, como la de Hollywood el año pasado, que contó con el apoyo público hacia los actores y su lucha por un trato justo respecto a la IA.
Por otro lado, las compañías involucradas, entre ellas grandes nombres como Disney, Warner Bros. Games, Electronic Arts y Activision, argumentan haber propuesto un acuerdo que incluye aumentos salariales récord y mayores condiciones de seguridad, alegando estar abiertas a continuar las negociaciones. Señalan haber acordado en la mayoría de las propuestas presentadas, incluidas aquellas relacionadas con la IA, requiriendo el consentimiento y una compensación justa para los actores bajo el IMA.
La huelga de SAG-AFTRA es la segunda en ocho años y podría afectar significativamente el desarrollo de futuros videojuegos, aunque aún está por verse su impacto total. Esta situación reabre el debate sobre el papel de la IA en la industria del entretenimiento y cómo asegurar que los avances tecnológicos no comprometan la equidad y los derechos de los trabajadores creativos.
